Un Momento de Relax

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Un día en Ejido, cuando caminaba rumbo a la universidad, me conseguí con una persona que estaba haciendo movimientos muy extraños en plena acera. Era un turista, muy alto, tan alto que daba susto verlo. Hacía movimientos con sus brazos que yo no entendía; no eran ejercicios, no eran señales, en realidad no sé qué  pretendía.

Allí estuve escasos minutos, perturbada de ver que la gente caminaba ignorando aquel espectáculo, cuando de pronto....


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Re: Construyamos Junt@s esta historia...

de Olga Contreras -

Un día en Ejido, cuando caminaba rumbo a la universidad, me conseguí con una persona que estaba haciendo movimientos muy extraños en plena acera. Era un turista, muy alto, tan alto que daba susto verlo. Hacía movimientos con sus brazos que yo no entendía; no eran ejercicios, no eran señales, en realidad no sé qué  pretendía.

Allí estuve escasos minutos, perturbada de ver que la gente caminaba ignorando aquel espectáculo, cuando de pronto me cuestioné si debía ignorarlo como todas las personas que pasaron o si me le acercaría para ofrecerle ayuda.

Mi espíritu altruista afloró e inevitablemente me le acerqué a ese individuo, temerosa pero con gran curiosidad por encontrar una explicación al comportamiento de ese individuo. Una vez en frente de él, le pregunté: ¿le puedo ayudar en algo? Las personas que se encontraban a su alrededor soltaron una carcajada, logrando que mi desconcierto fuera mayor.

Desconcertada, asustada y tal vez un poco molesta les exigí una explicación a las personas que allí se encontraban. Con tono burlón me respondieron: ¡no se moleste señora, sencillamente usted acaba de demostrar con su actitud que aún existen personas que se preocupan por su prójimo! ¡Desde hace horas nos encontramos contando las personas que pasan por aquí y todas excepto usted, ignoraron a nuestro compañero a pesar de mostrar una actitud extraña!

Con profunda decepción me aleje del lugar con dos interrogantes: ¿Es conveniente ser altruista en una sociedad marcada por la apatía y por el egoísmo? ¿Qué hacer desde las aulas de clase para formar individuos más comprometidos con su entorno?...



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Re: Un Momento de Relax

de Jostron Freddy Romero -

Un día en Ejido, cuando caminaba rumbo a la universidad, me conseguí con una persona que estaba haciendo movimientos muy extraños en plena acera. Era un turista, muy alto, tan alto que daba susto verlo. Hacía movimientos con sus brazos que yo no entendía; no eran ejercicios, no eran señales, en realidad no sé qué  pretendía.

Allí estuve escasos minutos, perturbado de ver que la gente caminaba ignorando aquel espectáculo, ¿cuando de pronto? la figura impetuosa después que se cansó de batuquearse se le abalanzó encima una contendora  anciana del geriátrico de Ejido perturbada, lo tomo por una pierna y le comenzó a dar vueltas en círculos sin salir del mismo sitio y no se detenía, continuaba, cansada de arrastrarlo, se le encaramó de pie, luego se le sentó en el estómago y sentada saltaba como una rana, mientras que una gota de sudor se le descolgaba del pelo de la anciana, rodaba lentamente y dificultosa por su rostro y rugoso, la gota se contuvo por momentos como se contuvo el zarandeo del  implacable turista agredido en contra de su activa oponente perturbada, ese día entre el goce y la molestia de algunos al ver tal escenario yo aún no entendía el por que? De tal afrenta contra ese turista…  

El iracundo turista se le quitó de encima a la enemiga y haciéndose a un lado de la anciana que lo miraba y entre más miraba, más le brillaban sus ojos y su pecho se inflaba como el del pavo real cuando se quiere mostrar en todo su esplendor; de forma violenta la anciana comenzó a construir un montón de arena, luego agarraba puñados y se los lanzaba en la cara y en el cuerpo del turista aun balanceándose y contorneándose los brazos y quizás para la anciana de manera amenazante y en medio de traquidos de dedos; era evidente que el homicidio aún no se había consumado y aquella brutal representación humana quería enterrar viva a su martirizado adversario turista, en esas condiciones, él turista soltó un aterrador gemido que nunca antes se le había escuchado y se fue desinflaandoooo (shsssssss) como cuando se le saca el gusanillo a la tripa de un caucho, en tanto ¡yo sorprendido! cuenta me di, que aquel turista era un nuevo muñeco inflable bien presentable, atónico de mi ignorancia taciturno di la vuelta, adentrándome en la universidad reflexionaba que ironía de la vida, en ese momento se le acerca a la anciana una joven con una aptitud lúdica y desaparecieron justo cuando su hija se le plantó de frente, sosteniendo un tierno juguete de peluche.

La anciana sonrió, creo que más bien hizo un crujir de dientes y de cada uno de sus ojos brotó una lágrima gruesa, quizás de frustración?  quizás de indignación? felicidad o alivio dado que se adentraba al geriátrico cerca de allí en un bulevar aledaño se realizaba una fiesta que sería exclusivamente de niños y niñas, pero la euforia rompió con la delgada línea de la prudencia y la sensatez e inmediatamente después del súbito hecho que llamo tanto la atención infantil. Jejejejeje.

Llegando al cafetín de la UPTM  analice que la vista es engañosa, la mano en movimientos puede engañar a la vista, y llego a pensar algo diferente que no todo lo desconocido en una acera de un bulevar con ropa nueva y con lentejuelas y escarchas no es oro, ni turista.


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Re: Un Momento de Relax

de silvia gonzalez -

 Un día en Ejido, cuando caminaba rumbo a la universidad, me conseguí con una persona que estaba haciendo movimientos muy extraños en plena acera. Era un turista, muy alto, tan alto que daba susto verlo. Hacía movimientos con sus brazos que yo no entendía; no eran ejercicios, no eran señales, en realidad no sé qué  pretendía.

Allí estuve escasos minutos, perturbada de ver que la gente caminaba ignorando aquel espectáculo, cuando de pronto observe a unos niños que venían acercándose a aquel hombre, no se si impresionados por los movimientos de este o tal vez por curiosidad de verlo más cerca. Lo cierto es que son los niños los que se dan cuenta que aquel hombre estaba siendo atacado por un enjambre de abejas ya que de lo alto que era, golpeo con su cabeza el árbol donde estaba comenzando el enjambre y sus movimientos se debían a que se estaba quitando de su cuerpo muy asustado las abejas que lo estaban picando y no podía pedir auxilio porque no sabía hablar español. La curiosidad de aquellos niños permitió que entendiéramos lo que le estaba sucediendo al turista y comenzaron todos a gritar ¡por favor ayudemos al señor las abejas se lo comen! de inmediato mi reacción fue llamar a los bomberos para que le dieran primeros auxilios.

Al llegar los bomberos uno de ellos hablaba inglés y pudo preguntarle al señor como se sentía, aquel hombre le respondió que no estaba muy bien y que nunca le había sucedido algo parecido con animales. Los bomberos lo llevaron a un centro asistencial para descartar que tuviera alguna reacción alérgica debido a la picada de las abejas.

Es importante que seamos curiosos como los niños y no nos dejemos llevar por lo que nos parece común o simplemente loco, ya que el ser curiosos fomentara en nosotros la investigación, la observación, la creatividad,


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Un Momento de Relax

de Pedro Gutierrez -

Un día en Ejido, cuando caminaba rumbo a la universidad, me conseguí con una persona que estaba haciendo movimientos muy extraños en plena acera. Era un turista, muy alto, tan alto que daba susto verlo. Hacía movimientos con sus brazos que yo no entendía; no eran ejercicios, no eran señales, en realidad no sé qué  pretendía.

Allí estuve escasos minutos, perturbad(o) a de ver que la gente caminaba ignorando aquel espectáculo, cuando de pronto, un fuerza interior me impulso a averiguar que era lo que pasaba, por lo que cautelosamente me acerque al individuo y le pregunte que le pasaba; con voz entrecortada me indico ! una abeja, una abeja !! de inmediato comprendi que sus gestos tan particulares solo eran para espantar a un insecto, en consencuencia lo ayude a hacerlo y salve mi dia al recibir el agradecimento por una buena y desinteresada accion (Carpemdie).

  • La curiosidad es la fuerza que impulsa el cambio, hay que ser curiosos para avanzar, quien siempre quiere estar en un mismo punto, nunca llega a nuevos lares y es solo a traves de la curiosidad que nos animamos a movernos, a investigar, a aprender, a saber, a maravillarnos !!!!

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Re: Un Momento de Relax

de grizeta uzcategui -

Un día en Ejido, cuando caminaba rumbo a la universidad, me conseguí con una persona que estaba haciendo movimientos muy extraños en plena acera. Era un turista, muy alto, tan alto que daba susto verlo. Hacía movimientos con sus brazos que yo no entendía; no eran ejercicios, no eran señales, en realidad no sé qué  pretendía.

Allí estuve escasos minutos, perturbada de ver que la gente caminaba ignorando aquel espectáculo, cuando de pronto mi hijo que caminaba junto a mi me pregunta ¿mami que le pasa a ese señor, yo nunca había visto alguien tan alto? Y está haciendo cosas raras. Le respondo, pues si es muy extraño, no tengo idea de lo que le ocurre, si nos acercamos con cuidado podamos enterarnos de lo que ocurre.

En ese momento se le acercaron unas jóvenes que se bajaron de un autobús y con curiosidad le preguntaron si podían ayudarlo porque le observaron angustiado. El hombre les responde son ustedes muy amables y gentiles. Realmente tengo rato en este sitio, yo vengo de un lugar muy lejano con mi madre. Ella está en casa de unas amigas cerca de acá. Yo soy psicólogo y estoy realizando un trabajo sobre el comportamiento humano en diferentes situaciones y escenarios.

Mi actitud ha causado curiosidad en las personas que han transitado por acá, sin embargo, nadie se ha atrevido a preguntarme que me ocurre o lo que ustedes hicieron, ofrecerme su ayuda, Esto lo he realizado por varios meses en diferentes ciudades.

Las jóvenes sonrientes sin mediar más palabras se retiraron. Yo, escuchando lo que el hombre decía, simplemente le comente a mi hijo, ese señor quería llamar la atención y lo logro por su estatura y sus gestos. Pero no le pasa nada solo está haciendo un trabajo. MI hijo de 8 años con su inocencia me dijo no entendí mami.


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Re: Un Momento de Relax

de Sharina Marisol Florida Soto -

Un día en Ejido, cuando caminaba rumbo a la universidad, me conseguí con una persona que estaba haciendo movimientos muy extraños en plena acera. Era un turista, muy alto, tan alto que daba susto verlo. Hacía movimientos con sus brazos que yo no entendía; no eran ejercicios, no eran señales, en realidad no sé qué pretendía.

Allí estuve escasos minutos, perturbada de ver que la gente caminaba ignorando aquel espectáculo, cuando de pronto.... recordé a un amigo de la secundaria el cual para aquel entonces hacia cualquier morisqueta para llamar la atención, entonces decidí acercarme y grata sorpresa aquella persona resulto ser mi compañero de clases…decidimos ir a tomarnos un café donde me conto que era la tercera de sus compañeros que lo recordaba, gratos momentos recordar es vivir.

                                                                   

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Re: Un Momento de Relax

de Wendy Salas Avendaño -

Un día en Ejido, cuando caminaba rumbo a la universidad, me conseguí con una persona que estaba haciendo movimientos muy extraños en plena acera. Era un turista, muy alto, tan alto que daba susto verlo. Hacía movimientos con sus brazos que yo no entendía; no eran ejercicios, no eran señales, en realidad no sé qué  pretendía.

Allí estuve escasos minutos, perturbada de ver que la gente caminaba ignorando aquel espectáculo, cuando de pronto.... el hombre cae al piso. En ese momento se acercaron algunas personas, entre ellas yo para auxiliarlo. En pocos segundos se incorpora y le preguntamos que tenía? El hombre aun aturdido responde “estoy enfermo” y tengo varios días buscando una medicina que en mi país consigo en cualquier farmacia, pero aquí tengo días y días buscándola, al punto de que recibo miradas de asombro cuando pregunto. El hombre se levanta y dice “tendré que suspender mi viaje” lastima aun me queda por conocer esta ciudad preciosa pero la salud primero…

Yo también sorprendida le comente… si la salud primero. Pronto mi país será como siempre fue. Un país rico en recursos y personas felices.

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Re: Un Momento de Relax

de Marjorie Josefina Uzcátegui Sulbaran -

Allí estuve escasos minutos, perturbada de ver que la gente caminaba ignorando aquel espectáculo, cuando de pronto.... este majestuoso hombre y con una sonrisa muy picara se me paro en frente y me dice.....

 Te he causado una gran impresión, verdad.. ¿porque?

Pues si le conteste, es tan raro ver a un hombre haciendo esos movimientos en la calle, que por un instante breve de tiempo pensé que te sentías mal y necesitabas ayudas pero al mirarte mas detalladamente me di cuenta de lo hermoso de tus movimiento... pero al mismo tiempo no entendía como tanta gente pasa a tu alrededor y ni siquiera te mira. 

El turista, se ríe nuevamente.... Argumentandome,  que lo que sucede es que todos estamos muy llenos de problemas y siempre nos agobia el tiempo 

Es cierto, le conteste cada día estamos tan embebidos en la rutina del trabajo, la casa y los problemas que no tenemos tiempo ni para mirar lo que esta pasando a nuestro alrededor y mucho menos para mirar un buen espectáculo y sonreír ya que eso implica perder minutos de tiempo.... Sera por eso que dicen que cada día nos estamos haciendo más insensibles....

Si mi niña, es así pero no te preocupes yo seguiré caminando por estas calles y poco a poco haré que todos disfruten el momento con eso me conformo. Fíjate hoy  fuiste tu..  mañana seguiré sumando. 

Esas palabras retumbaron en mi cabeza durante días,  reflexionando el turista ¡tiene razón¡ uno tiene que hacer todo lo necesario para cambiar el entorno en que vivimos, y brindarnos las mayores oportunidades, pero para ello debemos empezar  por entender que todo cambio comienza por mí y que si quiero que mi mundo  cambie  soy yo la que debo aportar mi granito de arena tal como lo hace el turista al querer regalarnos una sonrisa para el alma.







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Un Momento de Relax

de Milexy Lobo -
Un día en Ejido, cuando caminaba rumbo a la universidad, me conseguí con una persona que estaba haciendo movimientos muy extraños en plena acera. Era un turista, muy alto, tan alto que daba susto verlo. Hacía movimientos con sus brazos que yo no entendía; no eran ejercicios, no eran señales, en realidad no sé qué pretendía. Allí estuve escasos minutos, perturbada de ver que la gente caminaba ignorando aquel espectáculo, cuando de pronto el caballero se me acerco a preguntarme que en que lugar se encontraba y por què le estaba mirando de esa forma, a lo que conteste que me parecía importante cada uno de los movimientos que realizaba con sus manos y cuerpo, que por què el no enseñaba tales movimientos a los y las estudiantes de la Universidad Politécnica Territorial, ahi mismo le respondí que ese encontraba en Ejido uno de los lugares màs cálidos del estado Mérida y que era privilegiado por la hospitalidad de las personas de ahí. Además le dije que yo no era de ese sector, que le invitaba a que conociera lo màs alto y bello de los paramos Andinos que tiene nuestra hermosa patria Venezuela. Èl  inmediatamente me responde que si pero que a lo mejor iría a causar las misma impresiones que ha venido causando en los sitios donde viene visitando, entonces le dije que no era posible porque los y las habitantes de Mucuchìes son muy amables y que en medio, de quizá la timidez lo comprenderían y seguramente lo recibirían con los brazos abiertos. Al final nos dimos las manos e intercambiamos números telefónicos para contactarnos y que pudiera ir a dar a conocer todo lo que sabia a los y las estudiantes del programa nacional de formadores de psicología social que se encuentran allí en Mucuchìes y además es una sección que pertenece a la ilustre universidad donde nos encontrábamos para el momento.